Un rincón para mis inquietudes, mis pasiones, algunos de los mejores recuerdos y esas cosillas que a veces necesitas compartir con los demás.
Don Diego Cuesta
Con el verano llega la época de los Campus, de las planificaciones, de los fichajes, de las altas y bajas en un equipo; para algunos es una época bonita, llena de sueños, de objetivos por cumplir, de cimientos sobre los que edificar el nuevo proyecto; otros pasan los meses de calor con la inquietud de qué será de ellos la temporada siguiente, dónde entrenarán, en qué proyecto estarán y en cuál no. En ocasiones he estado entre estos últimos y tengo que deecir que no hay nada más desesperante que no saber qué va a ser de ti en un futuro cercano.

Ayer estuve viendo a buenos amigos en Bembibre, un sitio en el que si no está Bea Pacheco parece que falta algo, y me animé a escribir sobre una persona a la que el presente está maltratando sin tener en cuenta el pasado y mucho menos el futuro.
Diego Cuesta es un grandísimo entrenador de baloncesto, no de chicas, de chicos, de minis, de mayores, tácticamente o técnicamente, es un ENTRENADOR TOTAL, de esos de los que no hay, de los que entrenan con la misma energía, entrega y motivación a un grupo de élite o a unos minis que no saben diferenciar un huevo de una castaña.
¿Cómo es posible no valorar el trabajo bien hecho? ¿Cómo no se ve más allá de los amiguismos, de las presiones o de los "que dirán" que circulan siempre por ahí? ¿Por qué siempre se valora más a los que mejor se venden que a los que aman y siente la casa? Tú, Diego, habrás nacido en Oviedo, pero para mi que te parieron en "Papala" al lado de una canasta y mojado por el Bernesga más de lo que muchos estarán en la vida.

En estos días que corren, en los que es más importante "saber venderse" que trabajar, tú sólo eres un daño colateral, alguien que queda en el camino, que molesta, que no eres "de la cuerda".
Desde luego no soy tu mejor amigo, no siempre hemos estado de acuerdo, en ocasiones nos hemos visto enfrentados en defensa cada uno de nuestros intereses, pero eso me hace verte, creo yo, con más perspectiva, y sobre todo con el respeto que me mereces, tan grande como el que siento por el que más admiro (y me duele más porque él nunca ha sabido valorarte).
Seguramente esta temporada no compartiremos cafés basura de máquina antes de empezar a entrenar, pero espero poder compartir más cosas contigo, porque eres de los que siempre se aprende, y eso no lo puedo decir de muchos.
Gracias por tu ayuda, por tus ánimos, y por compartir con los demás tu visión del baloncesto, Don Diego Cuesta.
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