Cada día vives historias rocambolescas sin casi quererlo y ayer tuve la "fortuna" de vivir una de ellas.
Resulta que a media mañana me dirigo por la ronda en dirección a Mercaleón, que es tiempo de matanza y hay que comprar cebollas de orco. Nada más pasar el cruce de la Granja me encuentro un atasco monumental; los dos carriles repletos de vehículos que apenas avanzan. Tras media hora de espera llego a la rotonda de Carrefour y veo que están pintando unas líneas en el suelo. Dos o tres operarios nos desvían por un lateral, haciendo obligatorio el paso por el margen derecho de la rotonda y tan solo por un carril - normal que hubiera ese atasco -.

Con el mayor de mis cabreos y saliéndome la indignación por las ventanillas, me acerqué al cuartel de la Policía Local con tan buena suerte que al querer acceder al parking salía un vehículo oficial y le hice parar.
El Jefe de la Policía iba en el coche e inmediatamente le reconocí - muchas veces sale en la prensa -.
Le explico la situación y me contesta que es una actuación del Ministerio de Fomento y que, como yo podría comprender, no iban a tener un policía en cada obra de la ciudad.
No podía salir de mi asombro. Le contesté que si a él le parecía que el cruce de Carrefour era "un cruce cualquiera" y que le importaba bien poco que hubiera cientos de coches parados en la ronda.
Subió la ventanilla diciendo que ya lo miraría. Lo debió mirar por las cámaras porque al poco volví a pasar por allí y seguía sin haber ni un solo policía.
Era la una y pico de la tarde y esta claro que tendría más cosas que hacer (con lo buenas que están las tapas de El Tornado a esas horas).
Yo, cuando llegué a casa fuí a la habitación de Iván, y en el cuadro que tiene donde hay que buscar a Wally dibujé un Policía Local. A ver quién es el valiente que consigue encontrarlo.