Hola Safer
Hoy no es un domingo cualquiera para ti -estoy seguro- como no lo es tampoco para miles, para millones de personas; hoy todavía nos quema la desazón de la rabia, de la cólera, de la incomprensión por los actos que tus hermanos de religión han llevado a cabo en nombre de su dios, de un dios que no puede ser tal si se mata en su nombre.
Hoy te habrá costado salir de casa, habrás visto París de una forma diferente, habrás sentido en ti las miradas de desconfianza, de rencor, de culpabilidad que te meten en el mismo saco de víboras donde habitan los terroristas de ISIS.
Yo hoy quiero decirte que no todos somos así; no todos te vamos a mirar con recelo; la gente que me acompaña, los que esperamos nos represente en las instituciones después del 20 de diciembre sabe lo que estás pasando, lo que está sufriendo tu pueblo, huyendo cada día de lo que a nosotros nos aterroriza alguna que otra maldita vez.
Ese es vuestro día a día allí, lo sabemos, y por eso te quiero pedir perdón, por pertenecer a una sociedad que ha pretendido implantar en tu tierra la libertad y la democracia, términos occidentales, como quien implanta un McDonald´s en Damasco.
Hoy te pido perdón yo a ti, si, nosotros a tu pueblo, por decir en 2003 “vamos a sacar a esa gente de la edad de piedra”, sin tratar de comprender, sin tratar de ayudar, de colaborar, sólo pensando en nuestros intereses y en perpetuar a cualquier precio nuestro estilo de vida.
Pero hoy quiero también transmitirte que vamos a ser más fuertes que ayer, más duros e implacables con los que se atrevan a asesinar en tu nombre y en el de tu pueblo.
Sabemos que quieren usar nuestra democracia para destruir nuestra democracia, y no se lo vamos a permitir.
Y por último, y quizá lo más importante, hoy quiero darte las gracias por estar tras la barra de LE CARILLON, y por salvar de la muerte a las dos mujeres a las que arrastraste hasta el sótano, esas dos europeas que hoy viven gracias a ti, aunque si no te conocieran puede que hoy te miraran al pasear por París con el miedo y el resentimiento de quien no entiende nada de lo que ha sucedido.
Gracias Safer