"Don Quijote fue a ver a un campesino, vecino suyo, hombre de bien,
pero de muy poca sal en la mollera.
Y tanto le dijo, tanto le razonó y prometió,
que el probre Sancho decidió irse con él y servirle de escudero".
Ya hace años que conozco a Pablín, (bueno, que lo intento, porque este chico tiene más vertientes y recovecos que los castillos de vampiros) y cada vez estoy más convencido que es de las mejores cosas que me han podido pasar.

Dice una frase de esas que a mi tanto me gustan que "El verdadero amigo es el que lo sabe todo de ti y sigue siendo tu amigo", y eso es una de las razones por las que tengo en tanta valía a tan insólito personaje.
No es que me atraiga su corte "semidictatorial", que no tiene nada que ver con mi filosofía; no entiendo en gran parte sus gustos musicales, de los que me habla como si fuera pecado no saber las letras de las canciones de Janis Joplin; tampoco diferencio una chicuelina de una media verónica, aunque a él le parezca inconcebible; me tendrá que repetir más de una vez que era eso de "el Valhalla"; y, por supuesto, nunca podré hacerle entender que eso del "HTML" y el idioma chino para mi no tienen diferencia alguna.
Pero, como he oído alguna vez, es más fuerte lo que nos une que lo que nos separa, y en ese sentimiento tengo que ampararme.
Él siempre está, aunque no se le vea, discrepando en la intimidad, dándome caña en silencio para que reaccione, enarbolando la bandera de nuestros pelochos, siendo el indomable, pero a la vez, apoyando y encabezando todas aquellas locuras que a mi me de por emprender.

En este día, en el de su cumpleaños (hasta en USA lo consideran fiesta nacional) tengo que pedir dos cosas:
1. que wikipedia ponga su foto al lado del adjetivo "fiel"
2. que siga a mi lado, haciéndome ver que no son gigantes, que son molinos, pero dándome la lanza una vez más si sigo erre que erre, porque siempre está para apoyarme, aunque esté seguro de que son molinos.
Gracias Pablín