Dicen en el mundo del baloncesto que anotar una canasta hace feliz a una persona, mientras que una asistencia (un pase para que otro meta una canasta) hace felices a dos. Pues bien, lo mismo pasa con la palabra mágica, esa que está en vías de extinción, la que tanto le cuesta pronunciar a algunas personas.
La palabra GRACIAS proviene del latin gratia, la cual deriva de gratus (agradable, agradecido) y en origen gratia significaba la honra o alabanza que sin más se tributa a otro, para luego significar o reconocer un favor.
“Muchas gracias” es una expresión que sienta bien a todo el mundo, es una caricia psicológica y las caricias, ya sabemos, son buenos tranquilizantes y buenos lubricantes de nuestras relaciones.
Yo, obligado por mi trabajo de atención al público, la tengo que –la debo- usar constantemente por lo que valoro más la reciprocidad del hecho en sí, la recepción por parte de la gente del agradecimiento y su respuesta a él.
Esa es una de las razones que me he llevado a reflexionar sobre la palabra GRACIAS.
También sin duda las veces que me he quedado a la espera de recibirla, tras hacer un favor, realizar una gestión que te piden o al mencionar a alguien para que saque una ventaja de algo; y en estas cuestiones la echo especialmente de menos en los últimos tiempos, tiempos difíciles en muchos sentidos, en los que los valores negativos, la desesperación, el hartazgo de ver y sufrir injusticias nos debilita.
No debemos permitirlo; la gratitud repercute en nuestro interior en gran medida, aprendemos a ser queridos, y a través de ella demostramos que consideramos a los demás.
Robert Emmons, profesor de la Universidad de california y uno de los investigadores más importantes en Psicología Positiva, piensa que la gratitud es “un amortiguador del estrés”, defendiendo que la gente agradecida es menos propensa a experimentar envidia, enfado, resentimiento…
Emmons suele citar a Cicerón, quien decía que “La gratitud no es sólo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás”. Tampoco son buenos tiempos para las madres…pero bueno, eso lo dejaré para otro día.
Muchas GRACIAS por dedicarme un poquito de vuestro tiempo.
La palabra GRACIAS proviene del latin gratia, la cual deriva de gratus (agradable, agradecido) y en origen gratia significaba la honra o alabanza que sin más se tributa a otro, para luego significar o reconocer un favor.
“Muchas gracias” es una expresión que sienta bien a todo el mundo, es una caricia psicológica y las caricias, ya sabemos, son buenos tranquilizantes y buenos lubricantes de nuestras relaciones.
“La palabra GRACIAS es mágica, porque abre las puestas y acerca corazones. Nos conecta con otras personas” McCullough
Yo, obligado por mi trabajo de atención al público, la tengo que –la debo- usar constantemente por lo que valoro más la reciprocidad del hecho en sí, la recepción por parte de la gente del agradecimiento y su respuesta a él.
Esa es una de las razones que me he llevado a reflexionar sobre la palabra GRACIAS.
También sin duda las veces que me he quedado a la espera de recibirla, tras hacer un favor, realizar una gestión que te piden o al mencionar a alguien para que saque una ventaja de algo; y en estas cuestiones la echo especialmente de menos en los últimos tiempos, tiempos difíciles en muchos sentidos, en los que los valores negativos, la desesperación, el hartazgo de ver y sufrir injusticias nos debilita.
No debemos permitirlo; la gratitud repercute en nuestro interior en gran medida, aprendemos a ser queridos, y a través de ella demostramos que consideramos a los demás.
Robert Emmons, profesor de la Universidad de california y uno de los investigadores más importantes en Psicología Positiva, piensa que la gratitud es “un amortiguador del estrés”, defendiendo que la gente agradecida es menos propensa a experimentar envidia, enfado, resentimiento…
Emmons suele citar a Cicerón, quien decía que “La gratitud no es sólo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás”. Tampoco son buenos tiempos para las madres…pero bueno, eso lo dejaré para otro día.
Muchas GRACIAS por dedicarme un poquito de vuestro tiempo.
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