Pues sí, me gustan los abrazos,
sobre todo los que duran tres segundos,
esos que recargan el alma,
que te devuelven a ese mar en calma,
que hacen que se unan dos mundos
y animan a estrechar los lazos.
Hay relaciones que se forjan a plazos
seamos de aquí o allí oriundos,
nos dibujan el espíritu a trazos,
consiguen florecer sentimientos más profundos.
No me digas que aún no has probado
a hundir pecho contra pecho.
A mi hay personas que así me han ganado
y desde entonces en mi vida no tienen techo.