A mi lado

Amanece.
Lo siento sin abrir los ojos.
Lo sé por el dolor que me provoca el tocar con la mano
tu ausencia en mi colchón. 

Porque amanece y no estás a mi lado.
Y lucho por no abrirlos.
Por seguir soñando que no solo me regalas tus días.
Que hundo mi cabeza en tu pecho hasta que el alba no soporta la envidia.
Que tus brazos envuelven mi cuerpo llenando de paz mi alma.

Amanece y no estás a mi lado.
Y busco consuelo en tu sabor que permanece en mi boca.
En la suavidad del tacto que dejaste en mi mano al marchar.
En la llegada de un nuevo día que descubrir contigo.

Amanece y no estás a mi lado.
Pero y si mañana sí?
Quizá llegue una noche en la que al girar la llave el tesoro quede dentro.
Y ese día no tenga que soñarte, solo sentirte, solo disfrutarte.
Rodearte con las piernas, abrazarte con el alma.
Y entonces no querer que llegue el alba.
Porque ese día amanece y estás a mi lado.

Maripositas


Esta noche estoy nervioso pero me apetece escribir.

Lo estoy porque tú seguramente lo estás.

Porque compartimos *maripositas* en nuestros estómagos.

Porque hemos roto con sinceridad la barrera de la timidez.

Porque nos gustamos y ahora lo sabe también el otro.


Todos los comienzos dan un poquito de miedo.

Miedo a lo desconocido.

A exponerse de nuevo.

A sentir desde un corazón oxidado.

A comenzar algo que no sabes ni cómo ni a dónde te va a llevar.


No existe receta mágica.

No hay "almax" que apacigüe las mariposas.

Solo hay un camino por delante. Y lo quieres caminar cogido de una mano que deseas tener a tu lado, pero que aún no sabes si sabrá soltarte, si tirará de ti en exceso, si se dejará llevar...


Todos son preguntas, todos son dudas.

Benditas dudas, las prefiero a veces.

Ya sé a dónde han llevado las certezas a muchos.


Levitando


Se acerca como en patines, en una mezcla de deslizamiento y levitación.
Parece que camina a veinte centímetros del suelo, como las diosas,
flotando a otro nivel que el del resto de mortales.
Lleva la elegancia como otros respiramos,
de una forma tan natural que insulta a los que envidiamos tal cualidad.

Ella no se da cuenta, como cuando respiras, no lo piensas, te sale solo; así es ella.
De su mirada, de la profundidad de sus ojos, podría escribir una trilogía.
Mezcla de ingenuidad y atrevimiento,
mostrando una ventana a un mundo que se me antoja apasionante.

De sus labios solo puedo pensar en cómo será su sabor, con ese compendio de sensualidad y ternura.
Una boca que baila al compás que marcan sus ojos, que te atrapa entre sus palabras,
que te traslada a un lugar del que no quieres marchar.

No sale de mi cabeza...y solo la imagino.
Si también la sintiera no sé lo que podría escribir.