Parece que fue ayer, como se suele decir, pero ya hace un año que nació mi peque IVÁN. Se nos ha pasado muy rápido, sobre todo estos últimos meses, en los que duerme como un lirón y es supergracioso y juguetón todo el día.
No siempre fue así, los primeros meses fueron una tortura. No había forma de dormir más de tres o cuatro horas seguidas, tenía la piel siempre brotada, se rascaba o arañaba cada poco, y lo de descansar era una experiencia desconocida.
Ahora, echando la vista atrás, vemos como ha ido cambiando y como no se parece en nada al bebé que apareció en nuestras vidas el 29 de diciembre de 2008. Llegó para cambiárnoslas, para hacernos más responsables (eso dicen), para poner a un pequeño siempre por delante de otras "grandes" cosas, para dormir poco o preocuparnos por más cosas que el trabajo y el euribor, pero, sobre todo, para hacernos más felices y disfrutar de cosas que antes ni imaginábamos.
Felicidades Iván, felicidades HIJO.