¿Cómo ligar en tiempos de pandemia?


Estos tiempos del Covid19 han modificado mucho nuestro día a día en todos los sentidos.

A algunas parejas el confinamiento les obligó a conocerse, a muchos nos enseñó a valorar aún más el trabajo educativo, a otros les sacó a relucir sus dotes culinarias (la harina y la levadura se agotaban en los supermercados) y lo del papel higiénico… ¿alguien tiene una explicación convincente?



De esos asuntos se ha debatido ampliamente en los medios de comunicación pero, y de ¿cómo ligar durante la pandemia?

Entiendo que las nuevas generaciones seguramente lo tienen mucho más fácil, así ha sido tradicionalmente, pero los que ya hemos perdido el “toque”, los que salimos de alguna relación larga o los que ya no tenemos bien “engrasada” la maquinaria del coqueteo (la grasa ya te digo yo donde la tenemos), ¿qué?



Las redes sociales pueden ser un primer paso, las aplicaciones como Tinder y similares pueden iniciar contactos, pero no todo el mundo está preparado para ese tipo de proceso, ni busca relaciones de “aquí te pillo, aquí te contagio”.




Habréis escuchado eso de que los 50 son los nuevos 40, ¿verdad? Para este tema…no sé qué pensar. Lo único que tienes claro, y no es poco, es lo que no quieres, y como dice mi amiga Ruth “te dedicas a buscarle la tara, porque tiene seguro y hay que saber cómo de grande es”.


Otra circunstancia que se da es que cada vez hay más gente como tú, que consulta cocinaparauno para ver qué prepara esta semana. Puede parecer algo positivo –si hay más personas que viven solas, más fácil será entablar nuevas relaciones- pero no es así. La vida nos ha vuelto más exigentes, con más manías, y tan cicateros con los demás como benevolentes con nuestros propios defectos.



Seguiré buscándote entre la manta del sofá, para ver contigo esa serie, para comentar lo que me gusta el libro que estoy leyendo, para hacer “la cucharita” al darme la vuelta a media noche.


Puede que la vida te traiga medio limón cuando lo que estás buscando es “tu media naranja”; no importa, añade un poco de azúcar, hielo y ron, ya verás cómo mejora la cosa. 


Namasté




1 comentario:

  1. Buenísimo. Y me parto el eje con la reflexión de tu amiga Ruth: "te dedicas a buscarle la tara, porque tiene seguro y hay que saber cómo de grande es”.

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